Espíritus del Agua

viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 3


3

<< En llamas >>


La música del violín adormecía a los dos pequeños perros que descansaban frente a un gran trono. La estancia que no estaba iluminada, hacia ceder a los perros a dormir, hasta caer redondos. La música dejó de sonar, y una chica, en mitad de la penumbra, se acerca al trono con el violín en la mano. Una pequeña ráfaga cubre a la chica hasta llegar al trono, donde una pequeña niña apareció enmascarada con una máscara de gato. La mira y la chica se arrodilla, apoyándose en el violín.

- Necesito ayuda, Lady Catte...-





El sol resplandecía mientras se alzaba entre las colinas, iluminando las cuatro grandes torreones de El Gran Templo. Esas torres acogían a todos los aspirantes. Cada torre era ocupada por un elemento. El del norte, el agua lo ocupada; entre ellos Paul, Andrew y Ginnevra. La torre situada al sur estaban los de fuego, al este el de tierra y al oeste el de aire, donde había muy pocos aspirantes. Cada torre era custodiado por uno de los Oráculos, y Gee, la segunda Oráculo, se ocupada de la torre del Agua, aunque su elemento era el Aire.

- ¿Estáis todos? - cuestiono Gee al ver a varios aspirantes medio dormidos en el vestíbulo del torreón - Hoy comienza vuestra formación como Domadores, donde desarrollaréis ese poder interior... -
- ¿Y para eso nos despiertas? - comenta uno de los aspirantes -
- Si quieres quedarte durmiendo en los laureles hazlo, pero no esperes convertirte en un Domador con esa actitud hacia ami, chico - le contesto Gee - Como iba contando... - carraspeó y se aclaro la garganta para explicarle en que consistía su formación - ... para vuestra formación, os dividiremos en grupos de tres, y juntos deberéis de superar las misiones que obtendréis en La Taberna del Dragón -
- ¿Perdón?, ¿Taberna?... - salto una joven de Ciudad de Buja
- Si. El Gran Templo es vuestro hogar, y donde los Oráculos controlaremos vuestros movimientos. Vosotros deberéis salir desde el Gran Jardín e ir hacia el pueblo del norte; Alameda. - explico más detalladamente - ¿Alguna pregunta? -
- Yo - carraspeó Paul - ¿Y cual es la recompensa de esas misiones, puntos...? -
- Experiencia - sonrió ella - Bueno... la formación como Domadores de Agua comienza ya. Buena suerte a todos... -

Gee hizo una reverencia y desapareció por arte de magia. El vestíbulo quedó en completo silencio, y en cuestión de segundos, muchos de ellos salieron a zancadas de la torre para ir hacia Alameda. Paul no estaba seguro de con quién compartir la responsabilidad de superar las misiones, ya que para él, todos eran unos completos desconocidos, a excepción de Andrew y la misteriosa Ginnevra. Quizás formando grupo con ellos, podría convertirse en Domador de Espíritu de Agua; pero ninguno de los dos se encontraban en el vestíbulo, y lo más posible que ya habrán marchado hacia Alameda. Paul subió las escaleras del vestíbulo, fue al dormitorio que lo compartía con todos los chicos, y tomo la daga de su padre consigo. Aún no conocía ningún encantamiento para poder defenderse, pero manejar un arma sabía desde los cinco años; aún recordaba las enseñanzas de su padre. Paúl se guardo la daga en el cinturón y salió corriendo del torreón...

... El Gran Jardín rebosaba tranquilidad, pero las puertas estaban abiertas que llevaba directo a un pequeño camino, muy cerca de un acantilado, para poder ir a Alameda, a cinco minutos de distancia. Paul veía Alameda desde la misma puerta del Gran Jardín. Un gran pueblo que a simple vista era agradable, pero transmitía inquietud, miedo y terror; Paul lo notó en su corazón, o es una sensación que sintió él por la tensión.

- Con esa lentitud, te tocarán las misiones más complicadas... -
- ¿Ginnevra? -

Paul se giro y vio a la joven Ginnevra apoyada sobre una lanza transparente, y a Andrew, detrás de ella, amarrando débilmente una corta espada de hierro en mal estado.

- Pensaba que habíais ido los dos hacia Alameda... -
- Te estábamos buscando - dijo Ginnevra - Bueno, él te estaba buscando para formar el grupo los tres - le explico - Pero no estoy muy convencida; noto que seréis una carga para mi -
- Soy veloz - contestó Paul - Necesitarás velocidad, y Andrew... -
- ... Soy perspicaz - asintió - Además, juntos hemos superado la ceremonia, y se que vale la pena tenerlo en le grupo Ginnevra... y si somos una carga... -
- Os cortaré el cuello en un abrir y cerrar de ojos - sonrió, y echo la marcha hacia Alameda - Así que venga, no hagáis que me arrepienta de esta estúpida decisión -

Ginnevra caminó acelerada, y Andrew por detrás algo torpe. Paul sonrió, y ese palpito de peligro se mantenía aún en su corazón. Corrió detrás de su nuevo grupo, y quién sabe si grandes amigos en un futuro, o no... Paul no conocía muy bien a sus compañeros. Andrew, un chico de la aldea Loja, que le costó cazar su espíritu de agua y de que sus manos emanó fuego; y Ginnevra, la chica que tiene una pequeña trifulca con El Primer Oráculo desde el primer día, pero aún así, Paul confió en ellos desde que sus miradas se chocaron.
Sin percatarse y sumido en sus pensamientos, llegaron a la entrada de Alameda. Rodeado de un colorido paisaje, ante ellos había un arco de piedra donde sostenía un cartel de <<bienvenida>>, que estaba medio colgando y apunto de caerse.

- Menuda entrada - vaciló Ginnevra mientras atravesaba el arco con temor al que el cartel cayese -
- ¿Has estado aquí alguna vez? - preguntó Andrew -
- Creo que te lo dejé claro ayer en la cena, ¿no Drew? - vaciló de nuevo - He estado en un pasado en El Gran Templo, así que en Alameda imagínate... -
- ¡Chicos mirad! - exclamo Paul de repente -

Paul señaló frente a ellos, en el centro de Alameda, se divisaba un humo negro de un incendio, y de fondo se escuchaba gritos en susurros. Ginnevra asintió, extendió su lanza y juntos, corrieron directos a las llamas del centro del pueblo. Paul agarró su daga. La notaba caliente; jamás la había sentido así en lo largo de estos años, y Andrew, que iba más atrás que sus compañeros, le temblaba la muñeca en donde tenía empuñado la espada, y su corazón palpitaba a mil por hora, ¿ya era la hora de mostrar de lo que eran capaces?. Llegaron al centro del pueblo, una gran plaza que estaba sumido en llamas, y en un tono oscuro y rojizo como la sangre brotaba de cada rincón. Alrededor de las llamas se encontraban varios aspirantes del Fuego, que intentaban retener el fuego; pero imposible; y en el otro extremo algunos aspirantes de Aire intentaban ahogar el fuego, pero nada. Ginnevra miró a Paul, y ambos corrieron hacia el centro de las llamas, pero Andrew quedó inmóvil ante las llamas. Su miedo al fuego le retuvo todos sus músculos, y Paul fue quién se dio cuenta cuando no vio a su compañero detrás.

- ¡Espera!, Andrew se ha quedado atrás.... -
- ¿Y?, déjale, tenemos que hacer algo con estas llamas, sino Alameda quedará carbonizada -
- Pero Ginnevra... ¡Ginnevra! -

Ginnevra se perdió entre los demás aspirantes, y Paul retrocedió para atender a Andrew. En su camino, pudo ver como una chica, un poco más mayor que ella, estaba frente a Andrew. De repente, un chico le irrumpió la vista a su amigo y le empujó al suelo, posándole en el cuello una larga hoja que le salió de la manga de su túnica negra que le cubría el cuerpo. Un chico más alto que él le tenía en el suelo, sin saber el por qué.

- ¡Muere! - exclamo -
- ¡Paul! - grito Ginnevra desde lejos -

Antes de que la hoja le atravesara el cuello, la lanza de Ginnevra salió volando directo al asaltante. Se clavó de lleno en su pecho, y retrocedió poco a poco hacia atrás. Paul se incorporó, y vio como aquel hombre comenzaba a convertirse en una banda de pájaros negros. Ginnevra apareció, y retiró la lanza en lo que quedaba de ese ''hombre''. Miró a Paul de arriba abajo. Suspiró.

- Menos mal... ¿y Drew? -
- .... Allí - señaló frente a él, aún atónito de aquella situación -

Andrew seguía ahí con esa chica desconocida. Cuando Ginnevra fue corriendo hacia él, la chica pelirroja desapareció en llamas... y Andrew cayó hacia atrás inconsciente.

- ¡Drew! ¡Drew! -





Una pequeña llama iluminaba el techo. Estaba descamisado, y Ginnevra estaba a su lado. Andrew despertó poco a poco, pero no pudo incorporarse de la camilla.

- ¿Ginnevra? ¿Paul?... ¿que...? -
- Shh... te han echo un simple encantamiento para dormir... estás bien -
- ¿Pero que ha pasado? - Pregunto Andrew -
- Eso quisiéramos saber... - dijo un anciano -

Desde el umbral de la puerta, un anciano entró junto a Paul que sostenía unas sábanas limpias. Andrew se incorporó un poco y sonrió a Paul al verle.

- ¿Que ha pasado? - preguntó Andrew de nuevo -
- Muy simple... una Domadora de Espíritu de Fuego ha incendiado toda la plaza de Alameda, y después esos hombres o cuervos... estaban asesinando a muchos de nosotros -
- Seguramente que un Domador de Espíritu de Aire - añadió Ginnevra -
- Comprendo... - suspiró Andrew  ¿Y donde estamos? -
- ¡Pues en la Taberna del Dragón! - exclamo Paul - ¡Y ya hemos cogido una misión para cuando te recuperes! - sonrió -



El sonido del violín dejó de sonar, y los perros ladraban con fuerza a la chica que se ocultaba tras la penumbra oscura del lugar. Un chico, bajo una túnica negra, dio un paso por ella y se arrodilló a Lady Catte.

- Lo sentimos - dijo -
- Casi os descubren... - masculló Lady Catte - ¿Y que habéis echo con el chico? -
- Un simple encantamiento para dormirle - comento la chica desde el fondo -

Lady Catte suspiró.

- ¿Y con los demás habitantes de Alameda, les habéis matado? -
- Ajam, parte de ellos. Había muchos aspirantes del Gran Templo que los defendían, pero lo suficiente para asustar a esos aldeanos de mala muerta - contestó el chico -
- Bien... ¿y la reliquía, la tenéis?... -

El chico dio otro paso al frente, no muy cerca de los perros, y extrajo bajo su túnica negra una esfera metálica con orificios profundos y deformes. Lady Catte se inclinó para verlo más de cerca, y sonrió bajo su máscara.

- El incendio distrajo a todos los habitantes, y pudimos coger la reliquia de la Taberna del Dragón -
- Muy bien hecho - Lady Catte dirigió la mirada a la otra - Sarah, tengo una tarea para ti... -
- A vuestras órdenes, Lady Catte... -








4 comentarios:

  1. Mola :3 Pobre Andrew. Casi degollan a Paul. ¿Quien sera esa lady Catte? Para mi que es la mal... jeje me encanta la historia sigue escribiendo.

    ResponderEliminar
  2. Me cae mal la Gine ê-e
    Sarahhhhhhhhhhh por fin aparece YUJUUUUUUU
    Jojo tu tambien le has empezado a llamar drew em?? jajaja Bueno, siguiente!!

    ResponderEliminar
  3. Hola! :)
    La historia cada vez se pone más interesante. ^^
    Espero que publiques el siguiente pronto.
    Besos.

    Sollozos En Mitad Del Bosque
    Pensamientos De Adolescencia

    ResponderEliminar
  4. haber por donde empiezo.......
    por supuesto por Andrew.... que al final Sarah ha iniciado la moda de llamarlo Drew jajajajaaj
    lo adoroooooooooooo .... mi instinto estaba en lo correcto desde un principio jajaajaa pobretico con lo del fuego pero da igual seguro que lo acaba superando
    quiero seguir leyendo un beso !!!!

    ResponderEliminar